Los niños no son responsables con sus tareas
No respetan a los adultos y no saben resolver conflictos
Su relación con los padres tampoco es la mejor.
Otros fenómenos modernos, como las nuevas formas de familia (divorcios o separaciones, madre solterismo, padre o madre cabeza de hogar) han llevado también a delegar esa misión de formación en valores "a padres sustitutos, a los abuelos, a los tíos e incluso a los amigos".
Padres desorientados
"No tienen interlocutores para discutir temas como son los contenidos de los programas de radio y televisión que ven sus hijos, las a las que van fiestas, los sitios que frecuentan, las formas de comunicarse, entre otras cosas", agrega.
A esto se suma el exceso de trabajo de los padres, la carga educativa de los niños y otros factores que no permiten compartir momentos especiales en familia.
Ese distanciamiento dificulta la labor.
El otro eslabón tampoco
Y si los padres no saben cómo enseñar valores, parece que los docentes tampoco.
Por otro lado, la clase de religión, en la que se ha delegado la mayor parte de esta responsabilidad, tampoco se ha diseñado para atender ese objetivo.
De igual forma, las clases de ética manejan contenidos interesantes a partir de textos sobre el tema, con orientaciones, consejos y pautas, pero es claro que no pueden convertirse en el primer eslabón de esta cadena.
Según pedagogos y psicólogos, lo ideal es que la escuela y la familia se complementen y colaboren. En ese sentido piden que los padres estén más pendientes de sus hijos, no solo del rendimiento académico también de su formación integral, y que los colegios formen a maestros y padres en el tema.
Qué hacer
- Tener claro el sentido de la vida porque de ahí nacen los valores. La meta no es contar con el carro de moda, la ropa de marca, una casa más grande y complacer al niño con todo lo que pide.
- Entender que los hijos aprenden mucho más de lo que ven en nosotros y por eso es importante ser consecuentes con nuestros actos, ser modelos.
- Tratar de entender el lenguaje de los niños y jóvenes, compartir sus aficiones.
- Ubicar si el comportamiento del niño tiene alguna causa, puede ser algo encubierto. Si el niño miente, posiblemente lo hace como forma de manejar una culpa, de llamar la atención o porque su autoestima es baja.
Ser consecuente
Es importante tener en cuenta que los padres son el modelo a imitar de los niños, especialmente en los primeros años; por eso es necesario que no se contradigan entre lo que dicen y hacen. Por ejemplo, no enseñan valores cuando:
- Se ofuscan y responden con violencia ante una situación, incluso maltratando al niño física y emocionalmente.
- Se dejan llevar por los vicios, como la droga, el cigarrillo y el alcohol.
- Asignan labores en casa y ellos son los primeros en no cumplirlas.
- Ofrecen a sus hijos llevarlos de paseo y sacar tiempo para ellos pero no lo hacen.
- Agraden a las personas mientras están manejando o en situaciones en las que se alteran.
- No dejan hablar a los demás y creen tener siempre la razón.
- Hacen una excusa para justificar la falta de la tarea del niño.
- Permiten que los menores se queden con objetos que no son de ellos.
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